Realización máxima

*Este texto fue reconocido a partir de una grabación de audio utilizando inteligencia artificial, por lo que puede contener errores. Si nota inexactitudes o desea mejorar el texto, puede ayudar editando el documento.

¿cómo es que la realización máxima vuelve a ser la esencia?

La esencia. Todos somos una concentración de luz. Purifícate al máximo, pero eso no es algo que hay que andar buscando. La luz te encuentra cuando hay espacio para que entre la luz. No busques. La luz te encuentra cuando hay espacio para llegar. Una frase clave es: muchos buscando luz encuentran oscuridad. ¿Y por qué? Por la confusión, por el caos, por el mismo ego, por buscar y buscar todo lo que puedas y la luz llega y lo demás ya es puro negocio, puro marketing y todo eso. Que alguien nos demuestre, que alguien nos demuestre que aquellos que han buscado se han convertido en luz porque se han vuelto las personas más simples. Esta profunda entrega quiere decir desarraigarse desde lo más profundo para servir, para que esa luz pueda integrarse. Para ser divino, tu ser sagrado, para esa luz no necesitas calificación, selección, evaluación, solo entrega, como es la vida, la vida universal se entrega. Vayamos más a nuestra sangre y nuestra sangre es entrega. La sangre circula y circula, encuentra grasa, encuentra obstrucciones, encuentra frío. Y si encuentra una obstrucción, igual es parte de su entrega, explota. Pero la entrega es constante, todo es entrega constante. Siempre está yendo desde adentro, empujando hacia el avance, hacia avanzar. Fíjate en el agua, le pones una pared, se detiene por un momento, pero si se entrega, no ha terminado, unos días después empieza a filtrarse más y más, y más allá de la pared continúa. Eso somos, pero no queremos ser humanos, somos esto, no queremos. Y tenemos un inmenso, un gran freno aquí en nuestro cerebro que nos detiene al caminar, al avanzar y nos desvía por las distracciones. Y fuego, el alcohol, el cigarrillo, la fiesta, la lujuria. Ponemos fuerza en eso y el camino que te corresponde se desvía, el flujo se contamina, pero también es tan simple salir de ello, pero no queremos, tenemos apego a esas distracciones porque sería tan simple: cortar y avanzar.

Mil abre una pequeña brecha y por allí fluye otro río. Nos han vendido la idea de que hay que disfrutar la vida. ¿Pero qué significa realmente disfrutar la vida? Hemos hablado de cigarros, tabaco, fiestas, perdición. Decimos que estamos disfrutando, que estamos viviendo la vida, pero en realidad solo estamos siguiendo un concepto erróneo que nos han inculcado. ¿Qué es realmente disfrutar? Es dar lo mejor de ti, es expandir los frutos de tu vida. Pero, ¿realmente lo estamos haciendo? ¿Por qué entonces utilizamos esa palabra? ¿Saben quién realmente disfrutó? Jesús. Él entregó su vida por los demás. Eso es disfrutar de verdad. En esta época, disfrutar se ha malinterpretado como perdición. Existe una limitación en la entrega y una interpretación desviada. ¿Cómo podemos llegar a esa conexión con la luz si nos imponemos limitaciones constantemente? Nos ponemos frenos en aspectos tan simples de la vida y luego nos frustramos cuando las cosas no salen como queremos. Si nos limitamos con nuestras decisiones, en relación con nosotros mismos y con los demás, no podremos avanzar. Estamos viajando con un motor frenado y eso solo nos lleva a la ansiedad y la depresión. La depresión es una señal de que algo no está bien, de que nos estamos forzando. Confundimos nuestro cerebro al alterar nuestro ritmo de sueño y nos quejamos de no poder dormir. La vida plena está ahí, pero no debemos frenarnos, debemos fluir con la naturaleza. Necesitamos tener conciencia clara para saber cuándo establecer límites.

¿Cuándo debes esquivar, cuándo debes saltar, cuándo debes avanzar con cuidado, pasar a través de los obstáculos, pero es un conjunto de acciones. Y la luz no llega cuando nosotros la esperamos, porque no sabemos en qué momento nos fundimos con ella. ¿Muchos dirán que sería interesante fundirse con la luz? ¿Convertirse en algo público, en una persona importante a la que admiren por haber sido luz, por haber sido un ángel, por haber sido eso? Cuando eres luz, ya no eres distinguible, te fusionas con todo lo demás que existe. Lo que importa es tu base, la fuerza que pusiste para alcanzar todo eso. Igual en un proyecto, en una empresa, lo que importa es la fuerza que pusiste, y esto se refleja en el momento de la muerte. No se muere de la misma manera en la que los humanos suelen hacerlo, en vez de eso, nos convertimos en luz y nos vamos como luz.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio